Es una gastroenteritis auto limitada muy contagiosa producida por un virus llamado Norovirus, que afecta a personas de cualquier edad, donde los casos más severos ocurren en niños y ancianos.
La gastroenteritis por Norovirus es muy frecuente en lugares cerrados como jardines, geriátricos y cruceros de lujo por ser altamente contagiosa.
El principal síntoma es la diarrea acuosa, con deposiciones de tres o más veces al día de heces mayoritariamente líquidas.
Los síntomas comienzan de 1 a 2 días después de la infección y duran de 1 a 3 días: vómitos, cólicos abdominales y diarrea. Los vómitos y la diarrea pueden provocar una deshidratación entre leve y grave (pérdida de líquidos corporales), especialmente en niños pequeños y personas mayores. Los afectados también pueden presentar fiebre, dolor de cabeza y dolor corporal.
Los niños presentan más vómitos que diarrea, mientras que los adultos presentan más diarrea.
La mayoría de las personas con la enfermedad por Norovirus se recuperan en 1 a 3 días, pero aún pueden propagar el virus durante varios días.
El Norovirus o virus Norwalk posee baja dosis infectiva (con pocos virus se produce la enfermedad), largos períodos de excreción (eliminación a través de las heces), y es resistente a condiciones ambientales adversas; estos factores facilitan su rápida propagación, sobre todo persona a persona.
Se estima que en países desarrollados es el responsable del 93 % de brotes de gastroenteritis de origen alimentario, mientras que en Argentina ha sido detectado en el 72 % de los brotes de gastroenteritis no bacteriana.
La transmisión ocurre por tres vías principales: contacto persona a persona (a través del contacto directo con una persona enferma), agua no segura y alimentos contaminados.
Es muy frecuente que la enfermedad se transmita en natatorios, playas o ríos.
Entre los alimentos más frecuentemente asociados se encuentra el agua no segura, mariscos crudos (bivalvos) provenientes de aguas contaminadas, vegetales crudos y frutas contaminados con heces, mal lavados o lavados con agua contaminada.
Si la persona afectada pertenece a los grupos de riesgo (niños menores de 5 años, adultos mayores de 60 años, personas enfermas y/o mujeres embarazadas), buscá asistencia médica inmediata. Si los síntomas son muy violentos o persistentes, aunque la persona afectada no pertenezca a un grupo de riesgo, buscá igual asistencia médica.
Si sobró alguna porción del alimento sospechoso, envolvela, marcala claramente con la palabra PELIGRO, y conservala (refrigerada o congelada, según la naturaleza del producto) guardá el envase, rótulo, etc.
Registrá fotografiando todas las caras del producto (si es envasado) junto a la información disponible: tipo de alimento, fecha de vencimiento y lote del producto. Además, anotá fecha y hora de consumo, inicio de los síntomas y cuáles fueron. Conservá cualquier alimento idéntico que no se haya abierto o consumido.
Si no tenés acceso al alimento sospechoso porque no quedaron restos, fue servido durante una reunión o procedía de un restaurante u otro servicio de comidas, registrá toda la información posible: lugar, fecha y hora de consumo, inicio de los síntomas y cuáles fueron.
En todos los casos, luego comunicate con el Área de Alimentos de tu localidad y efectuá la correspondiente denuncia.