El uso de hierbas aromáticas y especias ayuda a disminuir la cantidad de sal, grasas y azúcares que se ingieren con la comida y que son factores de diversas enfermedades como las cardiovasculares o metabólicas (por ejemplo, la diabetes). Su aporte de color, aroma y sabor va más allá de sus originales características culinarias, convirtiéndose además en un potencial vehículo de prevención en salud.

Te presentamos algunas opciones para incluir a tu dieta y armar tu huerta.

Métodos de conservación

  • El método "del libro" está indicado, sobre todo, para las hierbas que tienen hojas grandes y resistentes, como la albahaca o el romero.
  • Lavá con agua segura las hojas o ramas, extendelas y colocalas en una bolsa apta para congelar y, si podés, cerrala al vacío. Ubicá una bolsa sobre otra y listo.
  • Para hierbas de pequeñas hojas, como la menta, el perejil o el tomillo, es preferible picarlas antes de congelarlas en bolsas apropiadas, quitándoles todo el aire posible del interior.
  • Otra opción muy sabrosa es trozar las hierbas, introducirlas en una cubetera de hielo o en recipiente pequeños con aceite de oliva y congelarlas. De esta manera se tendrán unos cubitos de aceite aromatizado listos para utilizar en un guiso o una ensalada.