El uso de hierbas aromáticas y especias ayuda a disminuir la cantidad de sal, grasas y azúcares que se ingieren con la comida y que son factores de diversas enfermedades como las cardiovasculares o metabólicas (por ejemplo, la diabetes). Su aporte de color, aroma y sabor va más allá de sus originales características culinarias, convirtiéndose además en un potencial vehículo de prevención en salud.